Ice Explorer y Skywalk (Explorador del Hielo y Paseo por el Cielo)
El Ice Explorer es el nombre de la excursión que permite ir hasta el glaciar Atabasca, que tiene su origen el Campo de Hielo de Columbia (Columbia Icefield, en inglés).
Para hacer esta excursión, hay que ir por la Parks Highway (la carretera que une Jasper y Lake Louise) hasta el llamado Icefield Parkway. Es un gran edificio (que incluye incluso un hotel) y un aparcamiento aún mayor. Aparcáis y entráis. Atención, si no es muy temprano por la mañana, estará lleno a rebosar. Si no tenéis billete reservado, deberéis comprarlo. Pero si lo tenéis organizado con nosotros, ya lo tendréis reservado.
:-P
Un poco antes de la hora para la que tenéis prevista la salida, empezáis a hacer cola y no tardaréis a subir al autobús. Os llevará hasta una estación de transbordo, a medio camino hasta el glaciar. Allí bajáis del autobús para subir en otro mucho más elevado, con unas ruedas de tractor que les permiten (además de sus marchas reductoras) ir por encima del hielo. A partir de ahora la llamaremos el tractohielo.
Una vez en el tractohielo, entraréis en la lengua glaciar, hasta llegar a un lugar acondicionado donde podréis bajar y caminar sobre el hielo. Al cabo de 15 o 20 minutos, deberéis volver hacia el tractohielo.
Hay que decir (¿avisar?), que durante todos los trayectos, los chóferes no paran de hablar y explicar lo inenarrable. Incluso explican lo que ellos entienden por chistes. Sabréis cuántos canadienses y estadounidenses hay en vuestro tractohielo por la reacción a sus chistes.
Al cabo de unos 80 minutos (mi experiencia es que las variaciones son de menos de un minuto, la puntualidad canadiense es similar a la suiza), habréis llegado al Icefield Parkway. Pero cuidado, no hay que bajar del autobús (el tractohielo la habréis dejado atrás hace un rato), para que os trasladen por carretera hacia el Skywalk (que traduzco como "Paseo por el cielo"). No tardaréis ni 10 minutos en llegar.
El Skywalk es un mirador colgando sobre el valle del río Sunwapta., Con un suelo de cristal. Si tenéis vértigo como yo, no os gustará. Pero si el vértigo no es vuestro problema, adelante, me han dicho que las vistas son preciosas.
Podréis regresar cuando hayáis hecho las fotos de rigor. Hay autobuses que salen cada pocos minutos para ir hacia el Icefield Parkway. Allí volvéis a buscar vuestro coche en el inmenso aparcamiento, y reiniciáis la ruta hacia el norte o el sur, según cuál sea vuestro destino para esta jornada.
Unos comentarios finales. Esta visita es, desde mi punto de vista, una turistada que hay que hacer. La recomiendo. Sin embargo, no tiene nada que ver hacerla de la mañana o al mediodía. Y no me refiero a la luz del día u otras divagaciones naturalistas. Por la mañana, a primerísima hora, hay mucha menos gente. Os indicaremos como llegar sin madrugar exageradamente.
Para acabar, no dudéis en contactar conmigo en caso de cualquier duda o pregunta sobre esta excursión o los viajes al oeste de Canadá.